miércoles, 5 de agosto de 2020

EL NUMERO TRES

EL TRES
Nunca interpreto la Torah de manera literal.
Cuando en el texto sagrado se nos dice que en el primer día, crea Elohim los cielos y la tierra e interpone entre ambos la luz para evitar el Kaos, lo que construye el Creador es un fractal de lo Superior, Ain (La nada), Ain Soph (Lo ilimitado), Ain Soph Aur (La mente o luz ilimitada).
    Las ocho manifestaciones a que da lugar esa trinidad , tanto en lo Yin como en lo Yang, que los metafísicos partidarios de la Teoría del "todo" denominan cuerdas, son los ladrillos de los que se vale la Creación para generar en la unión del Yin y del Yang todo cuanto existe. La manifestación de lo formal se da en el 6.
    Suponiendo que el TODO haya dejado al libre albedrío, la ordenación de las ocho manifestaciones posibles del tres y siguiendo el dictado de la Torah, donde se nos dice que hizo igual al hombre y la mujer (Lo Yang y lo Yin). Tendríamos un mínimo de 8!x8! posibilidades de estructuración de lo formal.
    Hasta donde alcanza mi corta formación, el hombre a través de la ordenación de los trigramas siguiendo los ritmos de Fushi, ha sido capaz de visualizar como se estructura lo que denominaremos el plano terrestre en cinco reinos y diez direcciones, I Ching terrestre, y se le ha dotado de la capacidad de restaurar esa estructura tanto a nivel interno, sistema inmunológico, como externo Chi Kung.
    Los sabios de la antigüedad, siendo conscientes de las luchas establecidas entre las diferentes ordenaciones de las ocho posibilidades de manifestación de los trigramas (luchas de "ángeles y demonios"), visualizaron una ordenación que armoniza lo Yang y lo Yin y la denominaron octograma del Rey Wen y su formalización nos conduce al I Ching clásico o humano. La imagen es un bellísimo mandala que Confucio trato de incorporar a la sociedad china.
    Finalmente y debido a que el Creador había separado las aguas, mundo espiritual del mundo formal, los sabios buscaron un sistema que les permitiera moverse entre ambos mundos (Escalera de Jacob) y apareció el ajedrez oracular o I Ching celeste. Los que son capaces de interpretar esta ordenación, con más o menos trabajo acaban incorporando a su saber el concepto del 9 a través de los números 108 y 144.
Mentes como la de Nicolas Tesla, esteban obsesionados y con razón con los números 3, 6 y 9.
Más pronto que tarde, Israel (mundo espiritual), reunirá a las 70 naciones (secretos SOD) y la Creación entrará en una nueva etapa.


    





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